Opinión de
IBIS
en 24/02/2013
Que Dios bendiga a todos...
Con respecto a los testigos de jehova y lo que he estado leyendo en citas anteriores; no es menos cierto que son amorosos, organizados, y trabajan arduamente para lograr la salvación de las personas, esta salvación la da Dios y es por gracia no por obras, pues el Dios vivo quiere que se predique su palabra pero su verdad, la realidad es que el Cristianismo el hombre lo ha convertido en hacer o marcar diferencias cosas que Dios no hizo jamás, además para predicar el Evangelio se necesita tener el conocimiento de la palabra y saber si esta en la doctrina verdadera pues lejos de salvar a las personas lo que se hace es llevarla a la perdicion, los testigos creen en Dios pero tambien reafirman que Jesucristo es un Dios menor cosa que en ningun lado de la biblia se encuentra...pues Dios es solo uno y su gloria no la comparte con nadie, soy Evangélica Pentecostal del Nombre de Jesús, creemos y en toda la biblia desde génesis hasta apocalipsis lo dice que Dios es uno, por favor no se conformen con el conocimiento adquirido, abran su mente y su corazón para que puedan ser salvos, lean, escudriñen las escrituras pero no en la carne sino en el espíritu para que se convenzan o los convenza la palabra de Dios, bendiciones en el nombre de nuestro Señor Jesús...ejemplos...Juan 14:1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.
Joh 14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
Joh 14:3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
Joh 14:4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.
Joh 14:5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?
Joh 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Joh 14:7 Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.
Joh 14:8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.
Joh 14:9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?
Joh 14:10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.
Joh 14:11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.LA CONTRADICCION DE LAS TRES PERSONAS
OMNIPOTENTES
La doctrina de la trinidad enseña que las “tres personas” son omnipotentes,
pero a su vez usa como argumento de respaldo a la trinidad que el Padre es
mayor que el Hijo y que el Hijo hace lo que su Padre le mande, haciendo
de Jesús un dios de segunda categoría.
Ninguno de los textos que tratan de la superioridad del Padre sobre el Hijo
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nos hablan de dos personas distintas, sino del Dios único que se manifestó
simultáneamente como Padre y como Hijo. La distinción está siempre entre
un ser humano y la Divinidad, y nunca entre personas eternas. Dios se
manifestó en carne como Hijo, y por eso la humanidad de Jesús estuvo
subordinada y sometida a la Deidad de Jesús. El sometimiento de la
humanidad a la Divinidad se explica porque Dios tomó forma de siervo
hecho semejante a los hombres (Filipenses 2:7). La razón por la cual el
Hijo no podía hacer nada por sí mismo (Juan 5:19, 5:30, 8:28) es porque la
carne siempre estuvo sujeta al Espíritu. Desde su humanidad Jesús no
podía realizar los grandes portentos, pero desde su Deidad (como Padre)
todo le era posible y por eso él dijo: “el Padre que mora en mí, él hace las
obras” (Juan 14:10). Es en ese sentido, que el Padre es mayor que el Hijo
(Juan 14:28) y por lo cual, también la Biblia afirma, que Dios es la cabeza
de Cristo (1. Corintios 11:3).
Otra consideración importante sobre este asunto, es que la Biblia enseña
que Jesús es Todopoderoso (Apocalipsis 1:8). Si Jesús es el Dios
Todopoderoso ¿Cómo podemos atrevernos a afirmar que existen otras “dos
personas” Todopoderosas como él? Todopoderoso significa que él ostenta
todo el poder, pero si hay otros dos que alcanzan su poder, entonces por
definición, Jesús no sería Todopoderoso.
El Hijo no procedió por la voluntad del hombre sino por la del Padre (Juan
7:29), pues Dios mismo se trazó el plan de manifestarse en carne. El
propósito del Hijo no era exaltar a la carne por encima de la Divinidad
sino buscar la gloria del Padre (Juan 8:50, 17:14). Por eso el Hijo no vino
para hacer su propia voluntad sino la voluntad del Padre, siendo su
objetivo acabar la obra del Padre (Juan 4:34). Esa es la razón por la cual la
doctrina del Hijo era la doctrina del Padre (Juan 7:16), y por la que el Hijo
aseguró que él no enseñaba sus propios mandamientos, sino que enseñaba
y guardaba los mandamientos de su Padre (Juan 12:49-50; 15:10). Así, el
Hijo no hablaba por su propia cuenta, sino como le era dado por el Padre
que moraba en él (Juan 14:10).
LA CONTRADICCION DE LAS TRES PERSONAS
OMNISCIENTES
La “doctrina” de la trinidad enseña que las “tres personas” son
omniscientes, es decir que lo saben todo, aún las cosas que no han
sucedido. Pero la Biblia enseña que nadie conoce ni el día ni la hora de la
segunda venida del Mesías, sino solamente el Padre (Mateo 24:36,
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13:31-32). Siendo así, ni la segunda persona (“Dios el Hijo”), ni la tercera
persona, sabrían tanto como el Padre, cayendo nuevamente en otra
contradicción.
Nosotros entendemos que desde su humanidad (como Hijo), Jesús no tenía
todo el conocimiento; pero desde su Deidad (como Padre) sí sabe todas las
cosas. Como el Padre es el mismo Espíritu (Juan 4:24), no es necesario que
esos pasajes digan que el Espíritu lo sabe todo, como sí lo dice la Palabra
en otras partes (1. Corintios 2:11). En reconocimiento a la Deidad de Jesús,
el apóstol Pedro afirmó que Jesús lo sabe todo (Juan 21:17).
LA CONTRADICCION DE LAS TRES PERSONAS
OMNIPRESENTES
La doctrina de la trinidad enseña que las tres personas son omnipresentes,
es decir que están en todo lugar a la vez, pero luego dice que la distinción
de lugares entre el Padre y el Hijo es una evidencia de la trinidad, porque
el Hijo estaba en la tierra mientras que el Padre estaba en el cielo.
Cuando la “teología” trinitaria ignora que el Hijo es el Padre manifestado
en carne, niega la omnipresencia de Dios y lo limita. . Cuando alguien
afirma que nuestro Dios y Padre no puede estar en todo lugar, sino que está
limitado a los cielos, simplemente está demostrando que no conoce a Dios
y que no le cree a la Escritura.
Jesús al manifestarse como un ser humano estaba limitado al espacio y al
tiempo, pero Jesús como el Padre eterno que es, no puede ser limitado de
ninguna manera. El Hijo salió del Padre (Juan 16:27-28), porque el Hijo
fue parte del Plan eterno que Dios se trazó para libertar a la humanidad y el
Hijo volverá al Padre (Juan 16:28) porque el Hijo logrará que Dios sea
todo en todos los que creyeron (1. Corintios 15:28).
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LA CONTRADICCION DE LAS TRES PERSONAS
ETERNAS
La doctrina de la trinidad enseña que las tres personas son eternas, es decir
que no tienen ni principio ni fin de días, pero utilizan el argumento de que
el Hijo fue engendrado por Dios, a fin de mostrar una distinción de
personas inexistente en la Deidad.
Sin embargo la Escritura afirma que el Hijo tuvo su origen en el Padre
(Juan 16:28), que el Hijo tuvo un comienzo cuando fue engendrado por el
Espíritu Santo en María (Mateo 1:20, Lucas 1:35, Juan 3:16, Gálatas 4:4),
que el Padre fue quien le dio vida al Hijo (Juan 5:26) y por eso el Hijo
vivía por la voluntad del Padre (Juan 6:57). enseñan además, que el Hijo es
el ser humano que nació de mujer (Mateo 1:21, Lucas 1:30-30-35), que por
su condición humana el Hijo sufrió torturas (Mateo 27:27-31, Marcos
15:15-20, Juan 19:1-5), fue crucificado (Lucas 23:33-34, Juan 3:14-15),
murió (Marcos 15:37) y resucitó siendo el primogénito de los muertos
(Apocalipsis 1:5).
Esto presenta otro gran problema para la trinidad, pues ella afirma que
Dios el Hijo murió, como si una parte de Dios pudiera morir. Nosotros
entendemos que el Padre no fue crucificado y que fue en el sentido
humano que los judíos mataron al autor de la vida (Hechos 3:15). Como
hombre, Jesús es nuestro mediador (1. Timoteo 2:5) y ha tomado todo el
poder hasta que ponga a todos sus enemigos por estrado de su píes (1.
Corintios 15:24-25) (Para mayor información vea el Capítulo 11. La
Diestra de Dios).
LA GRAN CONTRADICCION TRINITARIA
La mayor contradicción de la doctrina trinitaria es la afirmación de que hay
tres personas distintas, pero aún así no se trata de tres seres sino de un solo
ser. Francamente la única razón por la cual un trinitario acepta semejante
disparate, es porque la tradición recibida por la Iglesia católica le prohíbe
decir otra cosa distinta.
“Así Dios es el Padre, Dios es el Hijo, Dios es (también) el
Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres dioses, sino un
solo Dios; Así, Señores el Padre, Señor es el Hijo, Señor
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(también) el Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres
Señores, sino un solo Señor; porque así como por la
cristiana verdad somos compelidos a confesar como Dios y
Señor a cada persona en particular; así la religión católica
nos prohíbe decir tres dioses y señores.” 294
DOS TESTIGOS
En Juan 5, Jesús dio testimonio de que el Hijo juzgará a todos los hombres
(Juan 5:21-29), mientras que en Juan 8, dio testimonio que él es la luz del
mundo (Juan 8:12). La ley de Moisés exigía por lo menos de dos testigos
para probar que un testimonio es verdadero. Por eso, Jesús hablando como
hombre dijo:
“Si yo doy testimonio acerca de mi mismo, mi testimonio no es verdadero.
Otro es el que da testimonio de mi acerca de mi, y sé que el testimonio que
da acerca de mi es verdadero” (Juan 5:31-32)
“No soy yo solo, sino yo y él que me envió, el Padre. Y en vuestra ley está
escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. Yo soy el que doy
testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí”
(Juan 8:16-18).
La “teología” trinitaria afirma que cuando Jesucristo dijo que el Padre era
otro testigo de estas cosas, es porque el Padre es una persona diferente al
Hijo y que eso prueba la trinidad. Un escritor trinitario afirma:
“Cristo dijo en Juan 5:30: «No puedo yo hacer nada por mí
mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque
no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió,
la del Padre.» Pero, ¡Cristo no habló la verdad, si Cristo
es el Padre (como dice la teoría de «Jesús solo»)! De
acuerdo con esa teoría, Cristo sería el Padre. Siguió en el
versículo 31: «Si yo doy testimonio acerca de mí mismo,
mi testimonio no es verdadero.» Pero, no habría ninguna
diferencia, Cristo, ¡si tú eres el Padre! El próximo
versículo dice: «Otro es el que da testimonio de mí.…»
294 Corazones. Extracto del Credo de San Atanasio. "Quicumque". La página corazones
es obra de Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María.
http://www.corazones.org/diccionario/credo_atanasiano.htm
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Dijo Cristo que su Padre es «otro»—no es él mismo.” 295
Si nosotros le diéramos ventaja a esa interpretación del dogma trinitario,
vemos que de ninguna manera probaría la trinidad, pues se estaría
hablando de dos y no de tres “personas”. Aún cuando la Ley exigía como
mínimo de dos testigos para juzgar un testimonio como verdadero, se
pedía, de ser posible, el testimonio de tres testigos (Deuteronomio 17:6 y
19:15). ¿Si Dios fuera una trinidad, por qué Jesucristo nunca mencionó tres
testigos?
Cuando Jesús se refirió al testimonio de dos hombres que exigía la ley de
Moisés, estaba usando una ilustración o ejemplo que le era familiar a
aquellos hombres con los cuales se encontraba, pero el ejemplo no aplica
literalmente a Dios porque Dios no es hombre. Dios es trascendente y no
se puede limitar a la categoría humana. Estos textos no presentan ninguna
pluralidad de dos o tres “personas” en Dios, pues Dios es uno. Los textos
simplemente presentan una distinción entre el rol de Padre y el rol de Hijo.
Jesús actuando como Padre o como Hijo, podía testificar que Dios se
manifestó en carne. Así, el testimonio doble de que Jesús es el Cristo, fue
dado por el Padre y por Jesucristo hombre.
En la discusión registrada en Juan 5, Jesús hace poco se había identificado
como el Padre, pues se había hecho igual a Dios (Juan 5:18). De igual
modo, en la discusión registrada en Juan 8, cuando los fariseos le
preguntaron acerca del Padre (pues querían saber cuando era que él Padre
les había dado ese testimonio), Jesús procedió a identificarse a sí mismo
como el Padre, como el Yo Soy del Antiguo Testamento (Juan 8:19-27). Al
utilizar la expresión: “otro”, Jesús nunca sostuvo que el Padre fuera
alguien diferente a él, sino que enfatizó que el Padre era Dios en toda su
Deidad, mientras que el Hijo es la manifestación del Padre en carne. El uso
del término “otro”, está justificado en el sentido de que Padre no es lo
mismo que Hijo, pero el Dios que se manifestó en carne si llegó a ser
simultáneamente Padre e Hijo.
TRES TESTIGOS
El apóstol Juan siendo fiel a la ley de los dos o tres testigos, hace
referencia en su primera carta a tres testigos que dan testimonio acerca de
295 Gray, Phillip. Artículo “Dios es uno en Tres.”
http://68.153.150.155/Dios_uno_en_tres.htm
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que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios o Dios manifestado en carne. Estos
tres testigos son el Espíritu, el agua y la sangre.
“¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de
Dios? Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante
agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da
testimonio; porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los que dan
testimonio: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan. Si
recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios;
porque este es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su
Hijo.” (1. Juan 5:5-9)
Si Dios fuera una trinidad ¿Cómo es posible que Juan no se refiera a las
tres “personas” como los tres testigos? La respuesta es: porque Dios no es
ninguna trinidad y porque la enseñanza trinitaria es una herejía.
El Espíritu Santo es el Padre Eterno, y ha testificado que él fue quien
engendró al Hijo (a Jesucristo hombre) en la virgen María (Mateo 1:18,
3:17, 17:5, Marcos 1:11, Marcos 9:7, Lucas 1:35, 3:22, 9:35, 20:13, 2.
Pedro 1:17). El testimonio de Dios es superior a cualquier testimonio y por
eso su testimonio es suficiente. Sin embargo, siendo fiel a su propia
Palabra, él ha dado testimonio por medio de otros dos testigos: “el agua y
la sangre”. El agua del bautismo y la sangre derramada por Jesucristo
testifican que él es el Dios único, el verdadero Dios y la vida eterna que
fue manifestado en carne por amor de nosotros (1. Juan 5:20).
(Para mayor información vea el Capítulo Ocho. 1 Juan 5:7-8 y su
Adulteración con un Texto Apócrifo)
¿CONVERSACIONES ENTRE “PERSONAS DIVINAS”?
Usualmente se escucha decir a los trinitarios que las conversaciones entre
el Padre y el Hijo que “se muestran” en el Nuevo Testamento son una
prueba absoluta de la “santísima trinidad”. El asunto es que esas
conversaciones no aparecen en la Escritura y sólo existen en la mente de
los trinitarios debido a la programación previa y extrabíblica con que los
ha manipulado dicho dogma. Tal como lo manifestamos en el Capítulo 12.
(Pasajes Controversiales del Antiguo Testamento), “la proclamación de
tres personas divinas llamando a consejo, consultando, y conviniendo entre
sí, es una enseñanza netamente politeísta que en nada se diferencia de la
mitología”. En ninguna parte del Nuevo Testamento (ni del Antiguo
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Testamento) se muestra el caso de un verdadero diálogo entre “personas
divinas”. Una enciclopedia define “diálogo” de la siguiente manera:
Diálogo. (Del lat. dialogus,) m. Plática entre dos o más
personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o
afectos 296
Note usted que la Escritura nunca presenta verdaderos diálogos entre el
Padre y el Hijo, tal como usted y yo hablaríamos el uno al otro. Nunca se
ve una conversación que se desarrolle progresivamente entre las
interlocuciones de dos intervinientes. Nunca se ve que la Biblia mencione
algo como que el Padre dijo y el Hijo contestó, etc. Además, si el Espíritu
Santo fuera una “tercera persona” ¿Cómo es que nunca lo vemos
hablando?
La Escritura sólo registra dos casos en los que se escuchó una voz que dijo
“Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”. Esto ocurrió
durante el bautismo de Jesús (Mateo 3:17, Marcos 1:11, Lucas 3:22) y
durante su transfiguración (Mateo 17:5, Marcos 9: 7, Lucas 9:35, 2. Pedro
1:17-18). Estas declaraciones corresponden al testimonio que Dios ha dado
acerca de su Hijo (1. Juan 5:9) y no a conversiones inexistentes. El Espíritu
Divino dio testimonio de que el ser humano que estaba presente no era un
ser humano cualquiera, sino que era el Hijo de Dios, el Cristo, el siervo
sufriente, o Dios mismo manifestado en carne, a fin de que se cumpliera la
profecía de Isaías de que Dios se agradaría en su siervo (Isaías 42:1, Mateo
12:17-18). Es evidente que los términos Hijo y siervo, hacen referencia a la
humanidad de Jesús, pues Dios se despojó a sí mismo, tomando forma de
siervo, hecho semejante a los hombres (Filipenses 2:7). (Para mayor
Información vea el Capítulo 11. La Diestra de Dios, especialmente la
sección: “El Mesías es el Siervo Sufriente”).
Lamentablemente la “teología” trinitaria ha programado a sus seguidores
para que crean que el Hijo es una “segunda persona eterna” a la cual el
Padre le hablaba desde toda la eternidad, y llegaron a esa conclusión
después de ver que el Padre dio testimonio de que Jesús es el Cristo, el
Hijo de Dios. De esa manera, esa “teología” ha evitado que las personas
entiendan que se trata de la Deidad dando testimonio de su manifestación
en carne, pues la humanidad no fue tomada sino hasta cuando se dio la
encarnación.
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La Escritura solo registra un caso, en el que aparentemente se da una
conversación entre el Padre y el Hijo.
“Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he
glorificado y lo glorificaré otra vez. Y la multitud que estaba allí, y había
oído la voz, decía que había sido un trueno. Otros decían: un ángel le ha
hablado. Respondió Jesús y dijo: No ha venido esta voz por causa mía,
sino por causa de vosotros.” (Juan 12:28-30)
No obstante, vemos que Jesús dijo que la voz no vino por causa de él sino
por causa del auditorio presente. Por esta razón, esta escritura jamás
presenta algún diálogo. La voz que vino del cielo fue una forma de
demostrar a los discípulos una verdad para construir su fe. Jesús desde su
humanidad hizo una súplica tal como cualquiera de nosotros rogaría a
Dios, y la voz vino para confirmar la fe de los discípulos en Jesucristo.
Raramente Dios ha hablado al hombre en forma audible desde su
Divinidad, y en algunas de esas pocas veces, eso ha ocurrido durante un
momento supremamente especial en el que Dios pretende afirmar la fe de
los creyentes.
LAS ORACIONES DE JESUS
De manera similar al caso anterior, el hecho de que Jesús haya orado,
nunca demuestra un diálogo entre dos “divinas personas”. Aún así, una
escritora trinitaria afirma:
“La Doctrina de Sólo Jesús le quita sentido a las
Escrituras. La hermosa oración de Juan 17 no tiene
significado si el Padre es sólo Jesús.” 297
Esta declaración simplemente pone de manifiesto la concepción errada que
tienen los trinitarios acerca de Jesús. Jesús en cuanto a su Divinidad es el
Padre, pero en cuanto a su humanidad es el Hijo, pues sólo hay un Dios
que fue manifestado en carne y su nombre es Jesús.
Jesús, que desde su humanidad es nuestro modelo absoluto y perfecto
(Efesios 4:13), nos dejó el ejemplo que nosotros debemos imitar (Juan
13:14), y nos enseñó por medio de sus oraciones cómo es que nosotros
297 Jeter de Walker, Luisa. ¿Cuál Camino? Edición Ampliada y Revisada. p. 202.
Capítulo 11. Sólo Jesús. Editorial Vida.
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tenemos que orar. Aquel que le dijo a sus discípulos “Vosotros, pues,
oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu
nombre” (Mateo 6:9, Lucas 11:2), también oró diciendo: “Abba, Padre,
todas las cosas son posibles para ti” (Marcos 14:36).
Orar es hablar con Dios y por eso nunca vemos al Padre haciendo una
oración, porque el Padre es Dios en toda su majestad. Si asumiéramos que
el Hijo es una “segunda persona divina” que oraba, nos enfrentaríamos
ante una tremenda contradicción, pues prácticamente estaríamos afirmando
que Dios como Dios necesita orar. Si dijéramos que la “segunda persona”
sólo oraba desde su humanidad, nuevamente estaríamos enfrentados ante
otra contradicción, pues entonces ¿dónde estaría la divinidad de esa
“segunda persona”? ¿La “segunda persona” perdió su divinidad con su
encarnación? Si es así ¿Cómo pudo seguir siendo Dios?
La Biblia enseña que la oración es algo propio de los seres humanos
cuando se quieren comunicar con Dios (Salmo 65:2). El punto es que la
oración al Padre es la manera en que nosotros mismos oraríamos o
hablaríamos al Padre, puesto que somos humanos que dependemos de su
poder. Como Hijo de Dios, la humanidad tuvo que depender realmente de
la Deidad para lograr su objetivo. Esto también explica porque la Escritura
nunca dice que Jesús oró al Espíritu Santo, pues es evidente que el Padre
es el Espíritu Santo.
“Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran
clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de
su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la
obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna
salvación para todos los que le obedecen; y fue declarado por Dios sumo
sacerdote según el orden de Melquisedec.” (Hebreos 5:7-10)
Algunos quieren ridiculizarnos diciendo que nuestra pretensión es que
Jesús se oró a sí mismo, como si se tratara de un loco con doble
personalidad, pero lo que vemos en la Palabra, es que su humanidad rogó a
su Deidad. Nosotros no podemos hacer eso porque ninguna parte de
nosotros es Divina; somos terminantemente seres humanos. Jesús en
cambio, fue verdaderamente hombre y verdaderamente Dios.
Jesús oró para cumplir la profecía que dice:
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“El me clamará: Mi padre eres tú, Mi Dios, y la roca de mi salvación. Yo
también le pondré por primogénito, El más excelso de los reyes de la
tierra.” (Salmo 89:26-27)
La profecía mencionada anteriormente hace énfasis en la condición
humana de Jesús. Las expresiones primogénito y el más excelso de los
reyes de la tierra, no pueden ser satisfactoriamente entendidas a no ser que
se haga énfasis en su humanidad. Es claro que el Hijo es una referencia a la
humanidad de Jesús que nació de mujer y no a una “segunda persona
divina y eterna”.
Desde su humanidad (como Hijo), Jesús oró; pero desde su Divinidad
(como Padre) él es el Dios que contesta las oraciones. Nosotros tenemos
libre entrada al Padre por la obra de Jesucristo como hombre. Luego de
que Jesús hubiera afirmado que él es el Padre (Juan 14:9), un poco más
adelante dijo:
“…yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo
haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi
nombre, yo lo haré.” (Juan 14:12-14)
Por eso nosotros debemos orar a Jesús nuestro Padre, tal como lo hizo
Esteban (Hechos 7:59). Los trinitarios tienen grande confusión cuando
oran, pues no saben a cual de sus “tres personas” tiene que orar. Algunos
dicen que oran simultáneamente a todas las tres personas, mientras que
otros dicen que oran al Padre en el nombre de Jesús por el poder del
Espíritu. De esa manera, demuestran que ellos no entienden que el Padre es
el único Dios que existe y que el Padre fue manifestado en carne.
¿EL MONOLOGO DE JESUS?
Un monólogo es una obra dramática en la que habla un solo personaje, y
por extensión es hablar uno consigo mismo. Debido a nuestra explicación
de que Jesús es el Dios único algunos trinitarios han dicho:
“Dos Naturalezas hablando entre ellas
Si esto es cierto, ¿por qué la Biblia describe al Padre
hablando con el Hijo en ciertos pasajes como Mat. 3:17 (ir
al pasaje) Si hay una sola persona en la conversación,
entonces es un monólogo, no un diálogo. ¿Acaso está la
persona hablando consigo misma?
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